Boletín 017-2021
El PIB ecuatoriano cayó un 8.8% en el tercer trimestre de 2020, en comparación con el mismo período del año anterior. Se espera que la caída anual sea cercana al 9%.
Dos puntos críticos marcarán la agenda económica del siguiente Gobierno: la crisis económica detonada por la pandemia del COVID-19; y, la ocasionada por las acciones en materia económica de Gobiernos anteriores. Cuando estalló la crisis sanitaria en Ecuador, el país ya enfrentaba una recesión y el Gobierno aplicaba una serie de ajustes en el gasto público, junto con reformas impopulares como la liberación de los precios de los combustibles, la eliminación de sus subsidios; y, otras polémicas, como la reducción del personal en las entidades del sector público que aumentaba el desempleo, pero reducía el hueco fiscal.
En medio del confinamiento, con los hospitales saturados, con el comercio colapsado y las cifras de desempleo en aumento, el presidente Lenín Moreno liquidó empresas públicas y cortó el gasto, lo cual fue un descalabro para una economía en la que el aparato estatal se ha vuelto una importante fuente de empleo y de estímulo para el crecimiento.
El Gobierno se volvió entonces dependiente de la deuda para poder financiar sus necesidades y Moreno tuvo que, en plena pandemia, negociar nuevos plazos para pagar a sus prestamistas los USD 17.400 millones que debe el país.
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