Boletín 016-2021
Todavía lejos de la ansiada recuperación económica, el Estado ecuatoriano inició 2021 con un menor presupuesto y deberá someterse a un fuerte plan de ajuste de gastos permanentes (gasto corriente) para estabilizar su economía cubriendo el hueco fiscal y reduciendo sus necesidades de financiamiento.
El Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas (COPFP) establece que en un año electoral y de cambio de gobierno se trabaje con un presupuesto prorrogado. Es decir, aplica el mismo presupuesto estimado para el año anterior inmediato, hasta que sean posesionadas las nuevas autoridades y presenten su proforma presupuestaria.
El presupuesto inicial para 2020 fue USD 35.498 millones; sin embargo, esta cifra cayó en un 9,6% por el impacto de la pandemia por el coronavirus, principalmente por el desplome de los ingresos petroleros y la reducción de los ingresos tributarios.
El impacto fue mayor en el presupuesto destinado al gasto para egresos financieros, también en el rubro de bienes y servicios de consumo como, por ejemplo, los pasajes al exterior que pasó USD 8,5 millones, en 2019; a USD 2 millones, en 2020. Asimismo, el gasto en materiales de oficina bajó, de USD 26,4 millones a USD 11 millones, en el mismo período.
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